sábado, 3 de diciembre de 2011

Alberto Camilo Suárez


Alberto Camilo Suárez
Tomado del libro CITA HISTÓRICA de Luís A. Medina S.

Este ilustre caballero, pertenece a la escasa categoría de los hombres que aun muertos, viven en el recuerdo e infunden respeto y admiración. Cuando empezó a hablarse de la nueva creación del nuevo Departamento de Santander con las Provincias del Norte, hizo eco sonoro y despertó tenaces resistencias en muchos sectores de la opinión general el que hasta entonces venía siendo axioma administrativo.
Así se expresó el Dr. Suárez en brillante intervención:

“Santander es indivisible, causa efecto, no poca sorpresa, el que un girón nacional de tan recia y homogenia contextura, vinculado a la historia del país con hechos de altísimo relieve, y tan peculiar y vigoroso, sufriera desintegración semejante. Era como, partir un monolito y fraccionar una leyenda imperecedera y gloriosa”. Más, una vez realizada la separación, se vió que si podía el bloque sociológico y etnográfico convertirse políticamente en dos.

Bien pronto el Norte de Santander se destacó como una entidad propia y pujante, ostentando los atributos de la independencia civil, aunque sin romper su estrecho lazo de tradición con el solar común.

Y se fue condensando al impulso de vida libre y progresiva en la nueva agrupación hasta alcanzar el aspecto de fuertes lineamientos que hoy ofrece con todos sus elementos de avance y con sus hombres en el cuadro general de la república.

Uno de los hombres sustantivos de la generación nortesantanderana de aquella época, ha sido sin duda el Dr. Alberto Camilo Suárez. Pudiéramos decir que se tratara de un nativo inglés; hijo de aquel apóstol del trabajo que se llamó don Eliseo Suárez, quien tempranamente lo envió a cursar estudios a Norteamérica. En los Estados Unidos pasó toda su juventud y se graduó de Médico Cirujano en la afamada Universidad de Pensilvanya, la Salamanca de la tierra de Washington.

Ya se disponía a regresar a su patria, cuando estalló en ella la cruda guerra de los tres años. Su hermano Eliseo el cual había coronado también carrera en el exterior, militaba en esa campaña ciclópea y luctuosa, bajo las banderas del partido liberal, y en Palonegro ofrendó a ella su vida joven, preciosa, laboriosa y feliz.

A partir de esa época, el Dr. Suárez fijó definitivamente su residencia en Cúcuta, y muerto su padre, los vastos intereses y negocios de su casa quedaron bajo el poder y dirección del joven profesional de la medicina, que resultó desde un principio el hombre práctico, inteligente y severo que había levantado en él su progenitor.

El Dr. Suárez, fundó su hogar, uniendo su existencia a la gentilísima y virtuosa dama doña Alicia Peñaranda Arenas.

El Dr. Suárez estuvo ligado a importantes cargos, desempeñó el cargo de Consejero del Municipio de Cúcuta, Secretario de Gobierno del Departamento, Diputado al Congreso Nacional de Comercio en Caracas, en 1917. Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Senador de la República en dos períodos, además de miembro de varias sociedades patrióticas y científicas, Cónsul de la república de Méjico en el Norte de Santander, fue también presidente de la Compañía del Ferrocarril de Cúcuta de 1916 a 1920, empresa a la cual prestó invaluables servicios.

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