domingo, 4 de diciembre de 2011

Historia del Cementerio Central de Cúcuta


Historia del Cementerio Central de Cúcuta
Tomado del libro CITA HISTÓRICA de Luís A. Medina S.

Mediante el Acuerdo No. 1 de 1809, sobre gastos comunes para la vigencia económica del año 1809, destinó la suma de $200 oro para enladrillar las 5 gradas que faltaban en el camino que conduce al Cementerio Católico.

El Cementerio actual, se estableció en 1885. El 20 de mayo de 1884, la comisión nombrada por el Concejo y compuesta del señor Alcalde Santiago Jordán, los señores Domingo Díaz, Aristides García Herreros, Rafael Antonio Ramírez y Félix Hernández, escogieron el sitio en la “planicie inclinada que quedaba al occidente de la población, entre el Callejón Grande, el camino que conduce a San Cayetano por el norte, y la colina que domina esa planicie por el occidente”, y acompañó el plano elaborado por el señor Francisco Andrade, hoy en día corresponde a la calle 15 con avenida 17 barrio el Contento.

El Cementerio que estaba funcionando en ese entonces, se clausuró debido a la opinión de (2 de febrero de 1884) los médicos, quienes conceptuaron que la epidemia de la fiebre amarilla era causada por el Cementerio, el cual fue cubierto con una capa de cal, para prevenir la contaminación.

Es curioso leer el Acuerdo No. 27 de 1923, que destinó un lote como “Cementerio Universal”, atendiendo la solicitud del Padre Demetrio Mendoza que no quería que se ofreciera “el espectáculo no decente de entrar por la misma puerta, el ministro de la verdadera religión y los de la falsa”. Naturalmente los no católicos buscaron hueco aparte.

Interesante también, esta oferta de don Guillermo Ruan que propuso al Cabildo un contrato donde se estipulaban las siguientes cláusulas:

A.- Privilegio por 10 años para el servicio de alquiler de un carro fúnebre tirado por caballos.

B.- Prestar un servicio de 3 clases:

1a. “A todo lujo”, con caballos enjaezados funebremente, el cochero vestido de riguroso luto, plañideras y todo lo demás que sea propio para darle solemnidad al acto.

2o. era “el término intermedio”, ni tanto lujo ni tan poco.

3o. “No había lujo alguno”

Los precios eran de $24 oro para el de Primera, $16 oro para el de Segunda y para el de Tercera $8 oro.

Decía don Guillermo Ruan, que en Bogotá valía el servicio de Primera, $60.oo oro; y en Maracaibo $20 “macuquinos oro”.

Como apunte curioso para el año 1970, según datos estadísticos, se habían sepultado en este Cementerio 94.072 personas.

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