sábado, 3 de diciembre de 2011

General Virgilio Barco M.



GENERAL VIRGILIO BARCO M. 
Agosto 9 de 1858 — Enero 15 de 1922



EXPLORACIÓN Y POSESIÓN DEL CATATUMBO
Tomado del libro CITA HISTÓRICA de Luís A. Medina S.


Don Virgilio Barco M., nació el 9 de agosto de 1858, en la población santandereana de Piedecuesta. Se hizo hombre en los campos de batalla, cuando las contiendas civiles a las cuales concurrió desde 1885, defendiendo las ideas conservadoras. Cuando terminaron las guerras internas el señor Barco, fue ascendido a una alta dignidad de la milicia, a General.

Fue prefecto de Cúcuta en 1869, y un ferviente defensor como el que más, por el bien de Cúcuta y de los municipios que le eran tributarios política y económicamente. Fue también concejal de Cúcuta. Poseía una visual extraordinaria de hombre de trabajo y de empresa, miraba siempre hacia el norte, como guiado por el faro del Catatumbo.

Una vez descubiertas y exploradas las regiones del Catatumbo, terminada la guerra de "Los Mil Días" y elegido presidente de la República su gran amigo, el General Rafael Reyes, obtuvo del gobierno el contrato Garcés Barco, que puso en sus manos la empresa más grande y comprometedora de que tuviera noticia Colombia.

Fue así como empezó la lucha porque la empresa nece sitaba grandes recursos. El señor Barco refinó primero, en Petrolea y más tarde en Cúcuta, el petróleo, el querosén, para las necesidades de Cúcuta y la región aledaña.

Con las regalías percibidas por la concepción Barco, un año antes de su muerte; dejó estructurada la institución "FUNDACION VIRGILIO BARCO" en 1921, y el 19 de noviembre de 1955, se inauguró la Clínica. Es así, como el General Virgilio Barco no solamente fue precursor del petróleo. Fue además, de una conciencia social muy avanzada para su tiempo. El sabía que la colaboración de clases no necesita de demagogos, ni de las coincidencias transitorias de los intereses electorales, y demostró que solamente es eficaz y se traduce en actos, cuando se apoya en la comprensión de la solidaridad humana y cristiana.

Porque ésta no se apoya en principios de paternalismo caritativo y magnánimo, sino en un concepto de justicia, como aquel que inspiró su ánimo, al asociar expresamente a sus colaboradores en su testamento, porque, ellos contribuyeron a formar el patrimonio fundamental de esta Institución. Como lo comprendieron estos y sus compañeros, como lo creemos nosotros y como se perpetúa en esta obra, la vida de Don Virgilio Barco, sintetiza esa sentencia que cita el Libertador: "La gloria está en ser bueno y en ser útil".

En el jardín, a la entrada de la "FUNDACION BARCO" en la 'Avenida "Gran Colombia", del barrio Popular, hay un monumento a su memoria con una placa que dice así:

"En memoria de mis cinco hijos 
muertos en la infancia y en re-
cuerdo de los obreros que me 
acompañaron en los trabajos de 
explotación, fundación y explo-
ración de las petroleras.
20 -- XI — 1921".

Don Virgilio Barco, vivió para el trabajo productor de riqueza, en quien predominó un hombre de sentido de amor patrio, el 16 de enero de 1922, entregó para siempre su alma al creador.

Nota: Según el historiador don Arturo Villamizar Berti, don Virgilio Barco, "fue el fruto del hogar formado por don José María Barco y doña Ezequiela Martínez".

Indudablemente Cúcuta ha sido asiento de grandes empresas, la encarnación viviente de hombres de trabajo y de espíritu asociativo. La ciudad que ha resistido las acometidas impetuosas de las leyes físicas de la naturaleza, como el terremoto del 18 de mayo de 1875, que destruyó la ciudad. Los rigores del sitio de 1900, a la que sobrevivió con valor y heroísmo inquebrantable. La Cúcuta digna de las más altas glorificaciones que entraña y representa suma importancia en la geografía nacional.

La patria chica, la tierra que subyuga, que atrae y que gusta de los visitantes con deleite de fruta jugosa, la tierra que hace sentir el palpitar de un corazón como de madre.
Cúcuta fue asiento de la expedición que a brújula y machete por la selva inhóspita del Catatumbo, un puñado de hombres valientes y decididos, dirigidos por don Virgilio Barco M. y acompañados por don Leandro Peñaranda y el "Patón Miguel" en los primeros años del presente siglo por allá en 1884, se abrieron paso por la selva virgen, desafiando la naturaleza en medio de lluvia de flechas de los indios motilones, llegaron y conquistaron la cordillera de Bobalí, la cual bautzaron de "Altura de los Arrepentidos" en constancia a lo atrevido de la empresa y conquista.

Parece que en los expedicionarios y exploradores de las selvas del Catatumbo, bullía sangre de conquistadores y lograron lo que no consiguieron los españoles.

Tanta importancia tuvo la posesión del Catatumbo en el año 1884, que fue argumento decisivo en el litigio de límites entre Colombia y Venezuela. En 1919 cuando el Laudo de la demarcación de límites, el árbitro suizo dio dominio a Colombia en vista de los derechos adquiridos y primera posesión hecha por el señor Virgilio Barco M.

Don Virgilio Barco, había clavado en la selva la bandera de Colombia señalando el límite con Venezuela. En el mes de septiembre de 1919, se protocolizó con algunas modificaciones la escritura No. 193 del 13 de marzo, en sencilla ceremonia y llena de satisfacción se enterró una botella que contenía la diligencia escrita del acto, para indicar que se tornaba posesión del sueño; como en los tiempos antiguos, observa el historiador don Luis Febres Cordero, para fundar una ciudad el conquistador arrancaba un puñado de yerba y trazaba enseguida con la punta de la espada una cruz, en señal de que se tomaba posesión del territorio a nombre del Rey.

Don Virgilio Barco M., es considerado el primer descubridor del petróleo en el Norte de Santander, e iniciador de esta grande industria. El, por medio de procedimientos rudimentarios, consiguió explotar petróleo transportado y vendido en esta plaza de San José de Cúcuta.

La caldera refinadora en la que el señor Barco purificaba el petróleo crudo, existe como una reliquia histórica, cuidadosamente conservada por la Colombian Petroleun Company, en el corregimiento de Petrolea.

El contrato primitivo del señor Barco, celebrado con el gobierno nacional en 1905, fue traspasado en 1918 a la Compañía Colombiana de Petróleo. Este contrato fue caducado por el presidente de la república, General Pedro Nel Ospina en el año de 1926. Desde 1931, aprobado el Contrato Chax-Folson, la Colombian Petroleum Company, explota dicha riqueza petrolífera, descubierta por don Virgilio Barco, hoy, dichos yacimientos mediante caducidad de contrato y privilegio con la Petrolea Company, han pasado a propiedad y explotación de "ECOPETROL" Empresa colombiana de Petróleo.

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